Seguro que, a lo largo del día, piensas varias veces en la hora de llegar a tu cama, en descansar, en dejarte acunar por tu edredón... Qué placer!!! ¿verdad?. Sin embargo, a menudo no prestamos atención al elemento fundamental que nos permitirá, además de disfrutar de nuestro merecido descanso, mejorar el sistema inmunológico, aliviar las posibles dolencias físicas y mejorar nuestras actitudes psicológicas. ¿Cuál es ese elemento?
Lo has adivinado: una buena cama. Pero ¿cómo elegir la cama adecuada para nosotros y para nuestra calidad de descanso?